Las autoridades de Eritrea han intensificado la movilización militar y están persiguiendo a los evasores del servicio militar obligatorio en todo el país, a medida que se intensifica la guerra en la vecina Etiopía, según le han dicho a la BBC varias fuentes eritreas. Las últimas redadas son las peores hasta ahora, ya que las mujeres no se han salvado, con muchas madres y padres ancianos detenidos en un intento por obligar a sus hijos, que se han escondido, a rendirse, dicen. Hablaron bajo condición de anonimato ya que Eritrea es un estado altamente restrictivo que controla casi todos los aspectos de la vida de las personas. Eritrea ha enviado tropas para ayudar al gobierno etíope contra las fuerzas de su región norteña de Tigray, que limita con Eritrea. «Como muchos ignoraron la convocatoria, la redada se ha intensificado», dijo una fuente, y agregó que las esposas también han sido detenidas después de que sus maridos trataran de evitar el servicio militar obligatorio. Se han establecido puestos de control a lo largo de las principales carreteras y se están realizando búsquedas generalizadas en ciudades y pueblos. En la capital, Asmara, se están realizando redadas en las calles, mientras que en muchas zonas rurales, las autoridades han precintado casas, confiscado ganado y acosado a familiares si no se encuentra a una persona buscada, le dijeron a la BBC. La BBC se ha puesto en contacto con el gobierno de Eritrea para hacer comentarios. El mes pasado, el ministro de Información, Yemane Gebremeskel, dijo que se había convocado a un «pequeño número» de reservistas, y negó que se hubiera movilizado a toda la población. Algunos analistas han descrito la guerra de casi dos años en Tigray y las regiones vecinas como más sangrienta que el conflicto en Ucrania. Pero ha habido menos cobertura mediática ya que los gobiernos de Etiopía y Eritrea han restringido fuertemente los viajes, y las líneas de comunicación con Tigray se han caído en su mayoría. El Frente de Liberación del Pueblo de Tigrayan (TPLF), que controla la región y lidera la lucha contra el gobierno de Etiopía, también se ha embarcado en una campaña de movilización masiva para reforzar sus fuerzas. Esto sigue al colapso de una tregua de cinco meses en agosto y al fracaso de la Unión Africana para hacer despegar las conversaciones de paz. Una fuente en Eritrea dijo que las autoridades estaban tratando de «despertar emociones» en las reuniones públicas, vinculando su intervención militar a «la existencia y soberanía de la nación» y diciendo que el TPLF «debe ser enterrado». El mes pasado, Eritrea retiró a los reservistas menores de 55 años y algunos fueron enviados al frente. En los últimos días, se han registrado enfrentamientos en muchas zonas fronterizas, incluidas Adigrat, Rama, Shiraro y Zalambesa. Pero muchos eritreos se han resistido al último llamado, diciendo que no quieren morir en lo que ven como una guerra innecesaria.
