Más de 30.000 palestinos han sido asesinados en Gaza desde el 7 de octubre, dice el Ministerio de Salud dirigido por Hamás.
Esa cifra equivale aproximadamente al 1,3% de los 2,3 millones de habitantes del territorio, el último y sombrío indicador del terrible número de víctimas de esta guerra.
El ministerio dice que la mayoría de los asesinados eran mujeres y niños.
Sus cifras no diferencian entre civiles y combatientes a la hora de identificar a los muertos.
En su actualización diaria del jueves, el ministerio dijo que 81 personas habían muerto en las últimas 24 horas, lo que eleva el total a 30.035.
Es probable que el número real de muertos sea mucho mayor, ya que el recuento no incluye a los que no han llegado a los hospitales, entre ellos miles de personas que siguen perdidas bajo los escombros de los edificios afectados por los ataques aéreos israelíes.
El Ministerio de Salud de Gaza, que es la única fuente oficial de víctimas, ha registrado más de 70.000 heridos. Sus datos son citados por agencias de la ONU y otras instituciones internacionales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que tiene una «cooperación de larga data» con el organismo de Gaza y que tiene «buena capacidad en la recopilación y análisis de datos». Su informe anterior ha sido considerado creíble y «bien desarrollado» por la agencia de la ONU.
La OMS señala que cuando se compara el desglose actual de muertes con datos anteriores registrados por la ONU sobre conflictos pasados en Gaza, «muestra claramente un número cada vez mayor de civiles asesinados, con una mayor proporción de muertes de niños y mujeres».
Cuando se le preguntó sobre su evaluación sobre el número de víctimas mortales y el número de civiles y combatientes, el ejército de Israel sólo dijo a la BBC que «el número de terroristas asesinados asciende a aproximadamente 10.000».
Para que se registre una muerte palestina en Gaza, el personal del hospital o los trabajadores médicos deben ver el cadáver o los restos. Al final de cada día, los hospitales envían listas de todas las víctimas, incluidos, cuando se conocen, nombres, números de identidad, fechas de lesión o muerte y detalles de las lesiones y su estado a un sistema centralizado del Ministerio de Salud. Sus operadores ahora tienen su sede en Rafah.
La Media Luna Roja Palestina también aporta datos.
Durante esta guerra ha sido más difícil que nunca informar cifras debido a las morgues desbordadas, los combates dentro y alrededor de hospitales y clínicas y la mala conectividad telefónica e Internet.
Sin embargo, si se acuerda una tregua a largo plazo o la guerra termina, los esfuerzos para recuperar los cuerpos y rastrear a los desaparecidos deberían permitir tener una imagen más clara del número de muertos, incluido el número de combatientes. Se puede esperar que la ONU y los grupos de derechos humanos, así como el ejército israelí, lleven a cabo sus propias investigaciones.